La obesidad se está convirtiendo en un problema de salud Publica de primera magnitud debido al rápido crecimiento de esta patología en los países occidentales y a las dificultades que entraña tanto su prevención como tratamiento. La obesidad es responsable directa del incremento progresivo en la incidencia de diabetes mellitus tipo 2, resistencia a la insulina, hipertensión arterial o dislipemia, factores que incrementan el riesgo cardiovascular. La obesidad se acompaña también de un aumento del riesgo de padecer otras comorbilidades que merman la capacidad física del individuo: síndrome de hipoventilación y trastornos respiratorios del sueño, reflujo gastroesofágico, colelitiasis, hígado graso, degeneración articular, disfunción hormonal femenina(amenorrea, infertilidad e hirsutismo), incontinencia urinaria y diferentes tipos de neoplasias (próstata, colon, mama, útero…), entre otras
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